profesora del nivel Primaria
¡Quien tuviera la inocencia de un niño! Hago un viaje en el tiempo y evoco a Jesús cuando dijo: Quién tiene el corazón limpio de un niño… entrará al reino de los cielos, cuánta razón tiene, quien más que Jesús, maestro de maestros quien con toda autoridad, dijo estas hermosas palabras.
Cada día de mi vida, comparto momentos maravillosos con mis queridos alumnos, me siento comprometida con Dios por la gracia de darme la oportunidad de que mi trabajo de maestra, sea el mejor del mundo.
Levantarme todos los días, desayunar, ir en el autobús, muchas veces apretada con otras personas malhumoradas, quienes gritan, golpean, impacientes…, en fin todo esto vale la pena, pues mi destino es llegar al colegio para encontrarme con caritas inocentes, sonrientes y alegres !los niños! Sí, ellos con sus mentes y espíritus traslúcidos, tampoco tienen malas intenciones, ni agresiones, ni maltratos,… y que suerte que por hacer lo me gusta, me pagan.
Recuerdo que, cuando niña me gustaba jugar, como a muchos niñas a la maestra. Mis padres solían ver nuestros juegos. Me encantaba enseñar cosas nuevas y si no me entendían me esforzaba mucho para que entiendan lo que quería transmitirles es más, hacía lo posible para que no se aburrieran, porque me daba cuenta que, cuando estaban contentos me entendían mejor.
Puedo decir, a mucha honra que soy maestra de vocación, y ahora que estoy momentáneamente fuera de mi aula por circunstancias que escapan de mis manos, me llevan a esta reflexión, de que soy muy afortunada porque justamente los niños son el motor que me impulsan a seguir adelante y buscar mi pronta recuperación para volver a mi vida en las aulas.
Dicen que uno valora las cosas cuando las pierden, yo no lo he perdido, pero estar separada de las aulas me hace valorar con más ahínco esta hermosa profesión. Les prometo a ustedes mis queridos anselminos que pronto estaré nuevamente con ustedes, con mis compañeros y amigas de trabajo para compartir momentos gratos y alegres, aprender a ser buenos hijos, buenos hermanos, buenos padres, buenos ciudadanos y sobre todo a tener a Dios en nuestros corazones pues con él todo lo que hagamos será lo mejor y lo óptimo.
Nos vemos pronto…
Miss Nancy